domingo, 6 de diciembre de 2009

Explotación laboral infantil y tráfico de menores, esclavitud en el siglo XXI

por Yafi Yofer® Derechos Humanos Mayo 9, 2008
Actualmente, y según cifras de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), se estima a nivel mundial en alrededor de 218 millones los menores de edad que se encuentran desarrollando una actividad laboral, en un rango que abarca desde los cinco a diecisiete años y que se expande a áreas como la agricultura, servicio doméstico, minería, construcción y manufacturas entre otras.El grueso del trabajo infantil se concentra principalmente en Asia-Pacífico y África, sin embargo, Latinoamérica y el Caribe se ubican en el tercer lugar de ocupación de menores con cerca de 5.7 millones de niños, muchos de los cuales se ven obligados a generar recursos a corta edad para subsistir o bien abastecer a sus familias de más ingresos, dada las condiciones de extrema pobreza o falta de oportunidades en las que viven.
La nula distribución del ingreso y el aprovechamiento por parte de mafias y grupos organizados, fomentan despiadadamente el creciente tráfico de menores que existe alrededor del mundo (según Naciones Unidas, el tráfico de seres humanos constituye la segunda actividad ilegal que más dinero genera después del tráfico de drogas).
Por su parte, las condiciones laborales a las que están sometidos los menores son infrahumanas y generan efectos devastadores para estos, ya que demandan largas jornadas de trabajo generalmente acompañadas de esfuerzo físico, psicológico y exposición a enfermedades o accidentes irreparables los cuales muchas veces llegan a causar la muerte.
Un niño puede llegar a producir casi lo mismo o más que un adulto, sin embargo, ganando un tercio menos de lo que este percibe por concepto de remuneración.La explotación de mano de obra barata por parte de inescrupulosos empresarios y el aprovechamiento de estos de las situaciones de carencia y extrema pobreza en que se encuentran los niños, terminan siendo un incentivo poderoso a la hora de aumentar este problema.
Aquí nos encontramos frente a un conjunto deficiencias estructurales importantes a nivel de sociedad y de Estados. La falta de oportunidades, la falta de educación, la ausencia de mecanismos de coacción contra las redes que promueven el tráfico y explotación infantil (no sólo laboral sino también sexual) y la pobreza como principal motor abastecedor de todo esto conforman un círculo sumamente complejo y difícil de destruir.
El derecho a una infancia normal y a la educación que suenan muy bien en el papel queda aquí confinado en pos de situaciones de esclavitud a las que un niño jamás debería estar sometido.
Existen organizaciones como Human Right Watch o la propia OIT que se encargan de difundir y crear conciencia a nivel mundial, a través de diversas publicaciones sobre la materia.
Al esfuerzo global por terminar con el trabajo y tráfico de menores de edad, recientemente se ha unido la cadena MTV, la cual a través de la campaña “MTV EXIT”, pretende difundir los alcances de la explotación infantil que afecta a gran parte del mundo.
Si bien el crear conciencia no es suficiente para terminar con esto, por lo menos ayuda a que se exponga y se debata el tema, de manera de tomar acciones concretas frente a tan inhumana actividad.

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